Imma Tubella fue la última invitada a la comida en red para hablar de las mujeres y la sociedad red. Además de sus aportaciones interesantes sobre la penetración social de Internet y sobre las dificultades por el ejercicio del poder por parte de las mujeres, fue para mí clarificante su reflexión sobre la brecha de género y la coincidencia en la visión de la red desde la perspectiva de las mujeres.
Dos reflexiones clave fueron el hilo conductor de su enfoque, la primera que el error es considerar la red como un mero instrumento y la segunda que la red por su cultura colaborativa y no jerárquica supone una oportunidad para las mujeres.
Dudó que las diferencias en el acceso a Internet sean por el hecho de ser mujeres u hombres. Las cifras indican como las chicas entre 16 y 25 años están una décima por encima, y esta paridad en la red se mantiene hasta los 25 o 30 años, cuando baja y vuelve a equipararse a partir de los 60. Por lo tanto, es una cuestión de tiempo, la triple jornada laboral de las mujeres dificulta la formación y el desarrollo de las aptitudes en la red.
De tal manera que son las inercias de los roles sociales quienes acaban para modelar el empoderamiento de las mujeres en la red . Explicó como en sus estudios detectó hace 15 años un uso mayoritario de las mujeres de los locutorios del Arrabal, para comunicarse con sus hijos o familias, y como aquí el nivel de renta o el hecho de ser mujer no suponía ninguna rotura. Por lo tanto las diferencias persistentes en el acceso en Internet están condicionadas por las discriminaciones que provienen de otros hechos sociales.
En cambio, sí existen diferencias significativas entre mujeres y hombres en el uso que hacen en la red. Los hombres hacen un uso más lúdico, centrado en el entretenimiento, y las mujeres buscamos más relación y servicio (reproducción de los roles sociales).