Trias ha optado por ser un alcalde de baja intensidad y, por lo tanto, desaparecer del primer plano. De esta forma, en los momentos de crisis no se siente interpelado por la ciudadanía para responder por sus problemas. Esta no es una opción aceptable, cuando precisamente lo que hace falta son gobernantes que den la cara y estén junto a las personas en los momentos en que sufren más dificultades.
Una consecuencia de la estrategia del alcalde es que Barcelona se apaga, que pierde peso político, económico y estratégico. Tener un alcalde supeditado al proyecto soberanista de Artur Mas hace que Barcelona deje de tener su propia agenda, como así ha sido históricamente. La carencia de proyectos liderados por Barcelona hace que la ciudad no actúe como la punta de lanza que tiene que arrastrar al conjunto del país.
Actualmente, Barcelona no sólo no tiene liderazgo político, sino que además sufre una supeditación política con un elevadísimo coste para la ciudadanía. La deuda reconocida de la Generalitat con el Ayuntamiento es de 325 millones de euros, y si sumamos los servicios que está pagando de forma subsidiaria el Ayuntamiento llegamos a los 400 millones. Además, cada minuto que pasa, esta deuda se incrementa en 430 euros.
El alcalde Trias niega que el Ayuntamiento de Barcelona sea el banco del Gobierno de Artur Mas, tal y cómo hemos denunciado los grupos de la oposición, sino que es tan sólo un acreedor pero a la vez que exculpa el Gobierno del regreso de esta deuda. Os invito a imaginar qué pasaría si el alcalde Trias fuera el director de una empresa y en una entrevista justificara el impago de una elevada deuda por parte de otra empresa, en vez de reclamarlo. Seguramente sería cesado.
El Ayuntamiento de Barcelona en el 2011 era un consistorio totalmente saneado. Ahora se están derrochando los recursos y la capacidad financiera de Barcelona. Hay que reflexionar sobre las consecuencias de esta descapitalización: ¿podremos de aquí a pocos años hacer frente al pago y el mantenimiento de los servicios? ¿O bien entonces la derecha justificará que hay que recortar también los servicios de Barcelona?
No puedo dejar de pensar que hay demasiadas personas en Barcelona que están sufriendo la crisis y que requieren de un incremento del apoyo social que no tienen. ¿Cuántos barceloneses y barcelonesas podrían tener una vida mucho más digna con los millones que no reclamamos a la Generalitat? Con 236 millones se podrían pagar 44 guarderías o 452.107 personas cada año podrían tener becas de comedor o 46.420 personas cada año podrían acceder a ayudas de inserción social o la T10 no habría tenido que subir 1,20 euros en el 2012, en plena crisis.
La derecha barcelonesa aparenta que no gobierna y que no ejerce, intenta que su empujón pase desapercibido, pero los datos no engañan: con CIU la desigualdad en la ciudad se ha incrementado de forma acelerada.
Las desigualdades entre barrios de Barcelona se incrementan. En tres años se ha pasado de un factor de 4,3 veces entre el barrio con más renta y el de menos, a un factor del 7,1; un incremento del 65%.
El PSC Barcelona ha lanzado la campaña “Barcelona se apaga. Trias no funciona”. Podéis seguir los mensajes y opinar con la etiqueta #TriasNoFunciona. Podéis utilizar las imágenes de campaña con ejemplos concretos de por qué Trias no funciona después de 2 años a la alcaldía (Facebook (http://on.fb.me/117jmd2) y Flickr (http://bit.ly/12imvxg) y el vídeo “Trias no funciona. Barcelona se apaga“. En el www.deutometre.cat se muestra en tiempo real como se incrementa la deuda del Gobierno de la Generalitat con Barcelona.