Consejera analógica en la sociedad en red

El paron del programa CAT 1×1 supone un retroceso hacia una política educativa analógica, cuando la sociedad en red es hoy una realidad. Una consejera analógica nos hace un discurso antiguo que condena a los alumnos catalanes a una educación del siglo XX, mientras que estamos en la competitiva sociedad en red del siglo XXI. Ya que la cuestión fundamental del programa CAT 1×1, no es distribuir un portátil por alumno o pizarras digitales, es el comienzo de la transformación de la educación en el aula.

En la nueva sociedad en red la materia prima más valiosa es el conocimiento, y la inversión más estratégica es promover talento. Por lo tanto, una inversión clave para mejorar nuestra competitividad y productividad es la educación. La educación es clave para las oportunidades de las personas y para las oportunidades del país. La educación se convierte tanto, en la política social más importante (oportunidades de las personas), como en una política económica.

Pero hay una política educativa adaptada a la nueva sociedad en red, que genera oportunidades pero también nuevos retos. Una de las consecuencias de esta etapa de transición entre la sociedad industrial y la sociedad en red, es la convivencia de nativos digitales (nacidos antes de 1980) e inmigrantes digitales. Una nueva generación con una cierta pérdida de autoridad hacia los adultos, ya que es la primera generación en que todos los conocimientos no se adquieren de la anterior generación (ejemplo claro es el uso de las TIC). Esta diferencia entre generaciones que se da en el aula, y la nueva realidad, hacen necesario “resintonizar la educación”. (Material: sesión resintonización de la educación de la fundación telefónica, o las categorías del blog el caparazón: educación y educación 2.0).

Estoy perpleja, pero sobre todo preocupada, por las diferentes afirmaciones que la consejera realizó en las mañanas de TV3. Quiero comentar algunas:

1 – ” Con recursos o no, deberíamos frenarlo “” hay que estudiarlo y hacer un seguimiento pedagógico”

La sociedad va muy rápido, no podemos parar. Hay que tener un plan dinámico, las tic evolucionan tan rápidamente que se deben tener los objetivos educativos claros y evolucionar continuamente en el uso de nuevas herramientas que permitan alcanzar los objetivos de forma atractiva e interactiva.

2 – Llama para recuperar el respeto de la figura del maestro en las aulas, ” vengo a escuchar un señor que sabe más que yo y aprenderé “

Precisamente lo que hace falta es cambiar esta forma de enseñar. Hay una nueva pedagogía que no sea de enunciación y transmisión, sino de participación. Esta es la visión con la que nos implicaremos y motivaremos al alumnado más joven (nativos digitales)

3 – “estudiar el modelo y hacerlo compatible con la utilización de libros de texto”

¿Quizás tenemos que ir más atrás, lo hacemos compatible con la enciclopedia? ¿Y con los pergaminos?

Se confunde el medio y los fines, el fin de los libros de texto es ayudar a que el alumnado adquiera conocimientos, el libro es un medio, no un fin. Y también se confunde el apoyo con la utilidad, que sea en papel o digital, los materiales digitales no pueden ser nada más que libros de texto digitales.

Si podemos tener para todas las áreas materiales digitales, o sea libros texto digitales, que permiten muchas más posibilidades que aquellos en formato papel, como audiovisual, de integración o la conexión a más información, ¿se debe renunciar a esto? En la era del audiovisual, del hipertexto y donde el alumnado de 12 años son nativos digitales “mulitasking” … ¿tienen que aprender con un libro de texto tradicional? ¿Estamos facilitando el proceso de aprendizaje o lo estamos limitando?

Pues bien, la consejera ha tomado una decisión estratégica: no formar a los jóvenes con los formatos y las herramientas propias del siglo XXI. Esta es un doble recorte social: ya que tener habilidades y educación en red es necesario para tener oportunidades laborales en el futuro y porque  hoy en día ya se está generando una brecha de clase. Este programa suponía que todos los estudiantes, independientemente del nivel de renta tuvieran un ordenador, ahora sólo tendrán aquellos que se lo puedan permitir.